Asistimos durante la pasada semana a la que ha sido la última ocurrencia de la Consejería de Educación y a la última ocurrencia de Esperanza Aguirre de cara a las Elecciones Autonómicas en materia educativa.
A estos “excelentes” gestores de la educación publica madrileña, se les ha ocurrido ahora que de cara al curso que viene van a implantar lo que ellos han denominado Bachillerato de Excelencia.
La propuesta básicamente trata de juntar en un mismo centro a aquellos alumnos que obtienen mejores resultados y tienen mejor expediente académico en 4º ESO, seleccionando a un grupo de estudiantes para agruparlos en un centro propio, con profesores también seleccionados y un plan de estudios diferente.
Esta propuesta, que ahonda en la concepción segregadora, elitista y no igualitaria de la educación, se trata sin duda de un reclamo electoralista que a determinadas personas puede atraer, pero que sin ningún lugar a dudas no viene a solucionar ni de lejos el actual estado de la educación publica madrileña, continuamente deteriorada y degradada en estos últimos 8 años de gobierno de Esperanza Aguirre.
En el año que Doña Esperanza Aguirre tiene 2500 profesores de enseñanza secundaria menos que el curso pasado, en el año que en Educación Primaria se han recortado de forma salvaje el gasto en los centros públicos y el gasto en recursos destinados a atención a la diversidad (educación compensatoria, profesores de apoyo, orientadores, etc), en el año en el que lo único que la CAM ha hecho en materia educativa es gastar el dinero en propaganda electoralista sobre los centros bilingües, la autoridad del profesor y otros aspectos que NO solucionan los problemas que actualmente tiene el sistema publico de educación madrileño, estos señores se sacan de la manga su propuesta estrella, que consiste en segregar, en establecer un curriculum especial para aquellos alumnos que supuestamente son mejores, que no lo necesitan, pero en ningún caso se plantean que el problema educativo de la CAM no está en crear un bachillerato espectacular.
Los 80 alumnos/as que atenderán esta promesa, hacen necesario señalar que las necesidades educativas de Madrid son otras y a ellas son a las que hay que dedicar esfuerzo y atención preferente. Entre otras emergencias educativas, más mayoritarias y responsabilidad directa de la Presidenta, están unos resultados escolares malos, el aumento de la tasa de abandono educativo temprano, las tasas de repetidores en Sexto de Primaria que han empeorado desde que ella es presidenta, etc, etc.
Por tanto, se está ayudando a 80 alumnos «que no lo necesitan» y «se abandona a los que sí lo necesitan». La aspirante a la Presidencia debería proponer a los madrileños medidas imprescindibles y significativas, no medidas de este tipo. Y la propuesta de la candidata del PP de una torre de marfil para 80 madrileños que no la necesitan es un señuelo electoralista, no una solución educativa.