La desinformación o "infodemia" es un enemigo que nos lleva ventaja a todos.

La desinformación y las mentiras repetidas es una técnica muy antigua y un reto geoestratégico que muchos utilizan en su beneficio.

Y más hoy que la tecnología nos permite susurrar al oido de cualquier persona cuantas mentiras deseemos de forma gratuita y con ello la desinformación avanza muy rápido convirtiéndose en un desafío global por la capacidad del individuo para filtrar y afrontar estas informaciones.

Cuando la desinformación (bulos) se ha trasladado a canales privados, como WhatsApp (ver un ejemplo) o Twitter (ver un ejemplo) entre otros, se ha demostrado que este proceso que va mucho más allá del contenido en si mismo. Hay unos intereses de los intermediarios con un discurso político o personal en un intento de quebrar la realidad para perjudicar a ideologías, a políticas o a personas.

La alienación partidista aumenta la desinformación y cuando esta crece es más difícil que los ciudadanos tomemos decisiones de forma objetiva.

Cuando grandes organizaciones han puesto en marcha sus maquinarias para «desmentir oficialmente» las falsedades difundidas sobre ellas, se ha comprobado que los límites del desmentido oficial son poco eficaces; ya que lo primero que consigues cuando desmientes una idea falsa, es fijar en la memoria del receptor la falsedad de la noticia, que de otra manera el receptor ni se habría enterado. Y de nuevo los viejos dichos ganan difama que algo queda.

Según los expertos “Más que desmentir, hay que crear narrativas alternativas veraces», es decir: la realidad de la noticia en cuestión, también tiene que encontrarse en la red.

Este cambio de planteamiento abre un nuevo reto. La «infodemia». Ante dos informaciones distintas sobre un mismo hecho, se produce un choque narrativo, por lo que nos toca explorar cómo aprendemos a elegir qué relato es el verdadero. O qué fuente es más fiable.

La primera solución al Coronavirus, está en NUESTRAS MANOS Y EN NUESTRA CASA

La sobreexposición informativa sobre el COVID-19 está plagada de bulos y teorías conspirativas. La desconfianza es la nueva realidad que nos puede salir cara.

Desconfiamos de la ciencia y de las instituciones; cuando elegimos difundir menajes sin comprobar la fuente, no confiamos en las narrativas oficiales y esto nos puede costar mucho.

De momento: «la primera solución al Coronavirus, está en NUESTRAS MANOS Y EN NUESTRA CASA»

Enlaces de interés sobre el Coronavirus:

  1. Información para ciudadanía sobre Nuevo coronavirus y como protegernos. SANIDAD DEL GOBIERNO DEL ESPAÑA
  2. Coronavirus: Infodemia y desinformación
  3. La OMS alerta de una «infodemia» con la crisis del coronavirus (Artículo del 4 de febrero con enlaces y reflexiones previas a esta pandemia que sigue de actualidad)
  4. Organización Mundial de la Salud (OMS)