HOMENAJE A ADOLFO SUAREZ - PSOE DE MANZANARES EL REAL + PROGRESISTAS

Reproducimos el escrito que anoche nuestro alcalde Óscar Cerezal, publicó en su blog La Nueva Estación, como homenaje a Adolfo Suarez.

Los Progresistas de Manzanares El Real, como conjunto de vecinos de Manzanares El Real, comprometidos con los valores progresistas y de izquierdas, también recordamos y homenajeamos su labor:

«Tuve la suerte o la oportunidad o como quiera decirlo de poder estrechar la mano de Adolfo Suarez e intercambiar unas palabras con el, en una ocasión, gracias a la intercesión de Rafael Calvo Ortega, ya en los tiempos en que Suarez estaba medio apartado del CDS y este intentaba con escaso éxito ni ayuda -pese a la buena fe de muchos de los que allí se quedaron-salir a flote como un proyecto de tercera vía. Todos los palos posibles en el camino hicieron que naufragarán haciendo imposible la vida del partido más allá de Suarez. Ahora, con el tiempo, pues que quieren que les diga, es un bonito recuerdo.

Con Suarez, muchos hemos aprendido a crecer políticamente y hemos podido saber con el tiempo valorar la gesta que impulsó, es cierto que no sólo, sino acompañado del PCE de Santiago Carrillo, del movimiento sindical, del PSOE, de los nacionalistas vascos y catalanes, de los aperturistas del régimen de Franco – con Miguel Primo de Rivera o el propio Rey al frente-, que no fue otra que poner en marcha los años de mayor paz y prosperidad de nuestra historia como país.

Ahora, que toca cambiar y mejorar muchas cosas del modelo que los españoles nos dimos en 1978, y que al mismo tiempo parece que toca hacer, aquí y ahora, una causa general contra la transición, como causante de todos los males, como un ejercicio de traición y olvido…, olvidando precisamente que las primeras elecciones democráticas las gana la UCD, que Franco murió en la cama y que una inmensa mayoría social no participaba de la oposición, de las huelgas ni de la resistencia heroica en las cárceles, por lo que la reforma que se pactó, entre una parte de los vencedores de la guerra civil y otra parte -la mayoría- de los que perdieron, era la única opción posible ante una ruptura inverosímil, que el pueblo español no estaba dispuesto a aceptar y que nos hubiera llevado a una nueva confrontación civil en el peor de los casos o a una involución militar en el mejor.

Ahora podremos hacer las lecturas que queramos, sobre todo si las hacemos los de la generación que usábamos pañales en esos años, pero la verdad, probablemente no la única verdad, pero si la que conocen quienes lo vivieron y quienes no hacen un ejercicio tortillero de manipulación histórica, aquel proceso fue no sólo modélico -pese a estar teñido de sangre, tanto de militares y policías a manos de ETA, como de antifascistas en manos de la extrema derecha-,sino que ha dado un resultado más que satisfactorio.

Por ello, yo personalmente me siento agradecido a Adolfo Suarez por su coraje, por su claro servicio a este país y por todo lo que junto a Carrillo y Gutierrez Mellado -dos enemigos irreconciliables de la guerra civil, aliados en la democracia- nos escenificó el 23F: la dignidad de representar la soberanía popular frente a quien quería violentarla. En mi nombre y en el mi abuelo, militar republicano, represaliado, exiliado y víctima del franquismo, del que sólo pude escuchar palabras de agradecimiento a ese falangista de provincias que desde dentro del régimen pactó con sus enemigos comunistas para traer una libertad que a él le arrebataron en 1939. Y aunque sea difícil ahora, en pleno proceso de recuperación del maximalismo como forma de entender la política, comprender como un alto dirigente de la dictadura pudo ganarse el respeto democrático de un viejo republicano de izquierdas, yo sólo le encuentro una explicación: que primó la lógica del sentido común y un amplio sentimiento patriótico por encima de todo. Dos cosas, que ahora están a años luz de ser comunes tanto en la política, entendida como instituciones, como en nuestras calles, entendidas como ciudadanos. Mal nos va como país, si ahora no sólo no entendemos esto, sino que además lo cuestionamos.

Ahora todo el mundo -izquierda, derecha, medios de comunicación, Iglesia, poderes económicos…-quiere apropiarse de Suarez. Da igual, porque la historia es la que es y el apoyo más real que tuvo Suarez en su labor de gobierno, fue el de la inmensa mayoría del pueblo español para conducir un proceso que parecía imposible a buen puerto. Tantos años después, Suarez será llevado a hombros de militares en un funeral de Estado. Paradoja final para quien tuvo que dimitir de la Presidencia del Gobierno por las presiones de un ejercito -junto a la traición de su propio partido- que gracias a el, entre otros, no se parece en nada hoy a lo que era entonces.

Hoy podemos vendernos y comprarnos las motos que queramos. Podemos imaginarnos que debajo de los adoquines de la transición estaba la playa. Y podemos creernos que nos robaron la oportunidad de construir el paraíso socialista en la tierra. Pero la realidad, la única realidad posible y sensata es valorar aquellos años en su verdadero contexto y estar agradecidos a que gente como Adolfo Suarez, junto a muchos comunistas, sindicalistas, azules, liberales, socialistas, tecnócratas…, pero sobre todo junto a millones de españoles, nos dieran la oportunidad de vivir no sólo estos años de paz -en el sentido amplio de la palabra que incluye libertad, prosperidad, derechos…-, sino también las herramientas, las ganas y el conocimiento, para cambiar y mejorar este país al que tanta falta le hace, en Democracia.

Por mi parte, gracias Presidente.»